Reflexiones para tí.

Los ancianos de Jabés

Danos siete días para que podamos enviar mensajeros por todo el territorio de Israel respondieron los ancianos de Jabés. Si no hay quien nos libre de ustedes, nos rendiremos. 1 Samuel 11:3.

Cuando la situación se puso complicada desde el punto de vista moral, años antes, la población de Jabés adoptó una postura indiferente. Los mismos israelitas destruyeron la ciudad, mataron a los hombres y dejaron cuatrocientas vírgenes para reconstruirla.

Pasan los años, y el pueblo está nuevamente poblado y sus habitantes son atacados por uno de los enemigos del pueblo de Israel; no se defienden, sino que rápidamente quieren hacer un trato, transformarse en esclavos. Como la contrapuesta es demasiado fuerte (todos los hombres perderían su ojo derecho), los ancianos piden siete días para ver si alguien los va a defender…Y si nadie viene en su auxilio, entregarse.

¿Fe en Dios? ¿Oración? ¿Consulta con el profeta? Ninguna de estas opciones es ni siquiera puesta en discusión por los líderes de este pueblo. La reacción de los ancianos de Jabés es absolutamente terrena, sin la más mínima pizca de espiritualidad.

¿Cuál es tu reacción en tiempos de crisis? ¿Cuál es tu primera respuesta cuando el enemigo te sitia? ¿Hasta qué punto de tu vida lo espiritual tiene im­portancia? ¿A partir de qué problema piensas y actúas únicamente a nivel terrenal? ¿Es Dios una solución real para tus problemas reales? Entregarnos al enemigo es fácil; causa menos dolores de cabeza que enfrentarlo. Dios está dispuesto a colocar a todas las fuerzas del cielo a las órdenes de cualquier ser humano que lo necesite y pida su ayuda.

A pesar de la postura que demuestra la poca fe que tienen, los ancianos envían a sus mensajeros para preguntar a los hermanos del pueblo de Israel si los vendrían a socorrer. Cuando aquellos llegan a la ciudad de Saúl, el ungido rey de Israel toma su primera decisión como comandante político del pueblo: quien no lo acompañe a defender a sus hermanos de Jabés (es interesante que lo hace en nombre de Saúl y de Samuel), tendrá sensibles pérdidas económicas.

Más de trescientos mil soldados se unen al rey para defender un pequeño poblado del territorio. Más de trescientos mil ángeles se unen al Rey del universo para defenderte, pues eres un pequeño hijo de Dios.

 Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2014
“365 Vidas”
Por: Milton Betancor






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